Introducción
Si
bien este libro está dedicado a todos aquellos que creen que tienen muchas
competencias y un cerebro muy poderoso, pero nadie les ha entregado el manual
de funcionamiento, notarán que he dedicado muchas páginas a temas que
aparentemente no tienen relación directa con el aprendizaje. Esto se debe a que
estoy convencida de que, para lograr éxito necesitamos tener mucha fe en
nosotros mismos y deshacernos de las creencias limitantes. También tenemos que
conocer cuáles son las expectativas futuras y las posibilidades que nos brinda
nuestro país y el mercado laboral en general.
Algunas
personas nacen en familias que los incentivan desde niños, les brindan apoyo y
logran que desarrollen características y actitudes propias de las personas
exitosas. Otros son intuitivos y, aunque el medio no sea tan propicio,
encuentran la forma de realizar sus sueños. En este grupo se encuentran
personas como Charles Chaplin, quien expresa con suma claridad su enfoque de la
vida en una corta frase
“Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba
en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso
entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta
confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso”. Aquí se refleja categóricamente su
pensamiento y seguramente el motivo de su éxito.
El
tercer grupo está formado por aquellos que nacen en condiciones adversas, pero
en algún momento de sus vidas encuentran a una persona que los valora y los
ayuda para que sus talentos puedan aflorar. Este sería el caso de Salvador
Dalí, cuyo padre era tremendamente crítico y lo juzgaba con dureza,
pronosticándole un futuro nada promisorio. Esta mala relación se agravó cuando
fue expulsado de diversas escuelas por su mala conducta. Sin embargo, consiguió
ser muy exitoso. Él atribuye su genio a la herencia genética y a la fortuna de
haber conocido a su mujer Gala, que fue quien lo ayudó a expresar todo su
talento, y quien más influyó en su vida, siendo la inspiradora de sus grandes
obras.
Finalmente
hay un cuarto grupo que está integrado por quienes, independientemente del
ambiente en que nacen y de las personas que ejercen influencia sobre ellas,
descubren la forma de llevar adelante sus deseos y cumplir sus sueños. En este
segmento estamos todos incluidos o podemos estarlo. La mayoría de nosotros
tenemos la posibilidad de elegir adónde queremos llegar y lograrlo,
independientemente de la familia y el ambiente en que hemos crecido.
Me
contaron una historia de dos hermanos cuyos padres eran alcohólicos, por lo que
crecieron rodeados de carencias. Cuando fueron adultos cada uno tomó un camino
diferente. Uno de ellos se convirtió en empresario exitoso y el otro en
alcohólico crónico. En una oportunidad en que fueron entrevistados se les
preguntó cómo habían llegado a esa situación. Las respuestas fueron
coincidentes: ¿Qué otra cosa podía ser, con la familia en la que nací?, pero
los resultados totalmente opuestos. Mi impresión es que el primero observó su
realidad, eligió lo que quería hacer de su vida y dedicó su energía y
entusiasmo a lograrlo. El segundo lamentablemente se dejó llevar por las
circunstancias.
Porque
estoy convencida de que todos tenemos la posibilidad de elegir, tomar el
control de nuestra vida y crear el futuro que queremos, es que dedico una buena
parte de este libro a exponer las técnicas y estrategias que podemos aplicar
para cambiar nuestra mente y creencias, reconocer nuestras emociones y
gestionarlas eficientemente. También analizo las herramientas de las que
disponemos para emprender el proceso de cambio intencionado logrando
convertirnos en la persona que queremos ser, la que hace lo que disfruta y por
lo tanto lo hace bien. Considero que esa transformación es un paso previo para
aplicar con éxito métodos tendientes a realizar un aprendizaje más profundo,
memorizar, prepararse bien para un examen, aprovechar los fracasos para avanzar
hacia el objetivo, etc. En síntesis, para aprender a aprender exitosamente,
previamente hay que aprender a SER.
A
lo largo de mis años de docencia he notado que el entusiasmo, la fe en uno
mismo y los objetivos claros, elementos fundamentales para cualquier
emprendimiento, son aspectos ausentes en los estudiantes del nivel secundario e
inclusive en algunos universitarios. Es por esta razón que la primera parte del
libro la dedico a la tarea previa para una siembra exitosa.
Mientras
escribía este texto he realizado una encuesta entre amigos, alumnos y
conocidos, preguntándoles en qué aspectos del aprendizaje habían tenido
problemas y a qué los atribuyen. Las respuestas fueron variadas, pero me llamó
particularmente la atención que las personas más jóvenes consideraban que sus
dificultades se originaban en la dilación o procrastinación, la dificultad con
el pensamiento abstracto y la falta de metodología en el aprendizaje. Otros
manifestaron la importancia del factor emocional, por ejemplo, saber que una
materia es filtro en el inicio de una carrera universitaria o la fama de un profesor que puede generar miedo
y cierto pesimismo. Afortunadamente
estas causales están dentro del ámbito de lo que cada uno puede mejorar.
Solamente
en un par de respuestas la responsabilidad se le atribuyó a algún profesor,
contenidos y otras situaciones externas y ajenas al alumno. Esto me llevó a
incluir un análisis sintético de la forma en que atribuimos los resultados de
nuestras acciones, ya sea a factores personales o circunstanciales, y las
consecuencias de esta atribución.
Por
último, dado que el contexto tiene incidencia y de alguna manera puede
determinar el éxito o el fracaso en una profesión y considerando que vivimos en
un mundo cambiante donde la incertidumbre ha reemplazado a las certezas también
he analizado los avances tecnológicos y las expectativas futuras con respecto a
la sociedad en que deberá interactuar y desempeñarse alguien que está cursando el secundario o la universidad.
La
propuesta consiste en cambiar la manera en que nos relacionamos con el
aprendizaje. Básicamente es dejar de pensar en las debilidades y centrarnos en
las fortalezas, utilizar estrategias apropiadas e independientemente de la
calidad del docente, del sistema, los contenidos y el entorno, que cada
estudiante decida el camino a seguir para lograr sus objetivos. En síntesis,
aprender “a pesar de todo”, cambiando la mentalidad y la motivación.
Y
es mi más profundo deseo que estas páginas, fruto de la observación y el
aprendizaje, puedan servir para que cada lector encuentre la forma de hacer
surgir todos los talentos con que ha sido bendecido.